Sunday, October 25, 2009

Mendigo


Y soplaba el viento. Llevaba virutas que corroían su piel. Lo maltrataban. Lo hacían sufrir... Como si del Olimpo viniera y por maldición de Zeus aquel viento se huracanizaba y hacía añicos el corazón de aquel ser que esperaba.

Lo fue minando. Parecía ya su corazón una fosa. Tan profunda fue la herida que esta ya no sanó.

¡Y lo humilló! Arrastró su nombre por la medina y escupió ácido sobre sus sentimientos. Su olvido fue lo peor; porque ni siquiera un "hola" le dijo. Mucho menos la verdad iba a proferirle.

¿Por qué no se moría? ¿Qué lo ataba a esta vida miserable? Sólo una fuerza sobrenatual tenía la respuesta. Y ella la sabía. ¡Oh gran error de sus huesos!

Y de eso se aprovechó... Y lo encarceló. ¡Sí! Lo encarceló en su tropical piel, en las noches de frío que cobijaban sus pies. Y esa cárcel que a miel sabía fue su perdición.

Lo fue minando, hasta que su pelo únicamente hablaba su idioma, hasta que la brisa sólo transportaba su aroma, hasta que...

¡Hasta que lo botó como si fuera una basura! Hasta que lo olvidó un día de invierno, dejando su alma fría como el hielo.

Saturday, October 24, 2009

¡Qué difícil!

¡Qué difícil es creer en tí! Es difícil porque haces cosas que inspiran desconfianza en lugar de confianza.

¿Por qué lo haces? ¿Es a propósito? ¿Quieres que te deje?

A veces te siento cálida y próxima a mí, pero, otras veces eres más fría que el mismo hielo.

¿Quieres crear motivos para que me aleje de tí? De ser así, mejor me lo dijeras y te dejo de inmediato. No me gusta andar por ahí muriendo lento. Si no me quieres más ó si es que me engañas mejor dímelo de una vez y acabemos con esto.

No te quiero compartir, ni voy a hacerlo. O todo ó nada.

Si me pierdes, será mejor que después no te lamentes porque nunca te aceptaré otra vez.