Hieres la memoria
de risas, amor y belleza
de la exquisita sutileza
que nuestro ser profería.
Y no te importa el fuego
que me consume y que en
Febrero me va matando
sin un Cupido que esté
flechando nuestros
corazones perdidos.
Y el olvido va sublimando
a tu boca apasionada
que de amor palabras me
llenaba cada tarde de
verano.
En ácido hundes mi
corazón que aún te ama
y agonizante lo dejas
morir... entonces debo
partir de tu siniestro
desprecio.
Thursday, February 19, 2009
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